El té de hierbas es una de las bebidas más populares del mundo, ya que es un preparado de hojas secas con propiedades relajantes y curativas. El cáñamo también es muy utilizado en este campo y se recomienda preparar infusiones con él y guardarlas en la nevera para consumirlas en un plazo máximo de 5 días.
Los expertos sugieren que, dado que sus principios activos son liposolubles, se vierta una cucharadita de miel o leche en la infusión, ya que la grasa de la leche ayuda a hacerlos solubles y a activar sus funciones.
Se pueden distinguir dos tipos de infusiones, las elaboradas con plantas jóvenes y las maduras.
Infusiones de cáñamo joven
Son ricas en vitaminas y clorofila, tienen un efecto desintoxicante y favorecen el equilibrio hormonal y del sistema inmunitario; además, pueden ayudar a aumentar la cantidad de glóbulos rojos en la sangre, por lo que son muy recomendables para fines médicos. También fortalecen los huesos, reducen el envejecimiento de la piel, ayudan contra el insomnio y previenen la formación de cálculos renales.
Infusiones de cáñamo maduro
Principalmente este tipo es rico en cannabinoides, por lo que se le reconoce como té de hierbas de cáñamo con CBD. Entre sus funciones más importantes se encuentran estimular el apetito, aliviar los dolores de cabeza, mejorar el funcionamiento del corazón y del sistema respiratorio, reducir los ataques epilépticos, aliviar las náuseas e incluso los síntomas del Alzheimer.
